Es conocida como «la mejor verdura para ojos y piel» y como «el remedio para la astenia primaveral», pero la humilde zanahoria tiene aún más que ofrecer.
De hecho, la zanahoria, en lo que respecta a su aspecto nutritivo, se lleva el primer premio, o casi… lo que es cierto es que deberíamos prestar más atención a esta increíble verdura. Las zanahorias no solo contienen valiosas vitaminas del grupo B, como ácido fólico y bioflavonoides, que ayudan a la respiración celular, sino que también contienen vitaminas D, E y K, aceites esenciales, hierro, magnesio y fósforo, entre otras cosas. Pero, lo que las hace destacar como un alimento positivo para nuestra salud, es que son ricas en alfa y beta-carotenos (los «hermanos» de la vitamina A), lo que las coloca a la delantera del mundo vegetal. Y esto se debe a que los carotenoides atrapan los radicales libres y resultan especialmente eficaces en la protección de las células, actuando cuando una célula ha sido dañada y ayudando a los mecanismos de reparación del sistema inmune. Las zanahorias también resultan indispensables cuando se trata de combatir la carencia de vitaminas: por ejemplo, en la lucha contra la apatía, resultado de la conocida «astenia primaveral».
El caroteno, precursor de la vitamina A, resulta especialmente saludable y se cree que es capaz de mejorar la capacidad cognitiva, a condición de que se añada a la dieta algo de grasa en forma de mantequilla o de aceites extravírgenes que contengan vitamina E, ya que solo así la vitamina A puede sintetizarse correctamente, dado su carácter liposoluble. Las zanahorias, con su alta concentración de vitamina A, son buenas para los ojos y la piel, mejorando la visión (¡¿alguna vez habéis visto un conejo con gafas?!) y proporcionando elasticidad a la piel. Se cree incluso que las sustancias presentes en la zanahoria podrían tener un efecto positivo en el asma, el estrés y los resfriados, pero esto no es todo: las zanahorias también proporcionan fibra dietética natural.
Por cierto, en lo que respecta a la conservación de las zanahorias, se recomienda cortar las hojas verdes de su parte superior, ya que, de lo contrario, al cabo de un par de días después de su cosecha, las hojas se pondrán lacias y empezarán a extraer la humedad de la zanahoria dándoles un aspecto rugoso, antiestético y poco firme. Por lo tanto, coloca tus zanahorias en el frigorífico lo antes posible, donde pueden almacenarse hasta 50 días, o aún mejor, guárdalas en un compartimento BioFresh de Liebherr donde pueden conservarse hasta 80 días.
Dale a tu cuerpo algo rico y saludable: ¡cómete una zanahoria! Y teniendo en cuenta que la Semana Santa ya está cerca, ¿por qué no hacer un delicioso pastel de zanahoria?
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